Practicar la gratitud: ¡Es tiempo de agradecer!

estilo de vida organización personal Nov 15, 2020

Donde quiera que te encuentres, este año has experimentado grandes cambios. Y sobre todo el bienestar físico, mental y emocional se han visto afectado. Es importante que tomemos el control de nuestros días y lo convirtamos en los mejores. 

Ser agradecido es una gran virtud y cada día me enfoco en cultivarla. 

La expresión de gratitud más simple que conozco es una sonrisa y un gracias. El hacerle saber a la otra persona que su presencia, su palabra, su silencio, o sus actos, son importantes, y que de alguna manera nos ayudó con lo que hizo (aunque no haya sido intencional).

¿Recuerdas cómo te hizo sentir recibir una sonrisa acompañado de un gracias?

Deja que yo te lo diga: agradecido.

El agradecimiento genera más agradecimiento. En la medida que lo ejercitamos nos otorga unos beneficios por los que sentirnos agradecidos. 


Los beneficios de la gratitud. 

Los beneficios de la gratitud se experimentan mejor cuando intencionalmente la practicas a pesar de las circunstancias. No importa lo que estés pasando, siempre hay que ser agradecido. 

· Reduce el estrés y nos hace más resilientes. 

· Nos ayuda a sentir emociones más positivas.

· Nos libera de emociones tóxicas. 

· Mejora nuestra autoestima, confianza y seguridad. 

· Disminuye los síntomas de la depresión.

· Nos ayuda a dormir mejor. Mejora la salud física y mental. 

· Mejora las relaciones interpersonales haciéndolas más sanas.

· Aumenta el optimismo y contribuye a la felicidad. 

· Nos conecta con la vida.

Empieza por mostrar gratitud hacia ti. Comprométete a aumentar el agradecimiento a través de la Oración. Podrías iniciar un reto de agradecimiento con tu familia y amigos o con tus compañeros de trabajo. En las redes sociales hay retos de gratitud, te podrían inspirar. Realiza cualquier acción que te ayude a enfocarte en aumentar el agradecimiento. La gratitud es poderosa. 

Te propongo que realices estos ejercicios:

1. Cada vez que descubras algo, detente a sentirlo y a expresarlo como mejor consideres: háblate a ti mismo, díselo a alguien o realiza cualquier acción que exprese tu gratitud. 

2. Enfócate en prestar atención al presente para percibir las razones por las cuales sentirte agradecido. 

Con la práctica vas a descubrir una perspectiva diferente que te ayudará a incrementar el bienestar y el de los que te rodean. 


Me gustaría que conozcas esta historia que me ha inspirado:

A una estación de trenes llega una tarde una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren se retrasará y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al kiosko y compra una revista, y en otra tienda compra también un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un periódico. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una, comienza a comérsela despreocupadamente.
La mujer se siente indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a ignorarlo haciendo como que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita, la exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Como única respuesta, el joven sonríe… y coge otra galletita.
La señora gruñe un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo una última galletita. ‘No podrá ser tan caradura’, piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Y con una sonrisa amorosa le ofrece media a la señora.
– ¡Gracias! – dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
– De nada – contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: ‘Insolente’.
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas… ¡Intacto!


Quiero agradecerte que estés ahí, que dediques un tiempo a leerme y que compartas con otros lo que crees que puede ayudarle. 

"Hay solo dos maneras de vivir la vida. Una es como si nada es un milagro y la otra es como que si todo es un milagro". Albert Einstein

¡Qué tu vida sea todo un milagro!